domingo, 30 de enero de 2011

No todo termina con la muerte

Si por un lado la muerte habla de separación, tanto de seres queridos, de amigos, y también la separación de nuestro cuerpo; por otro lado nos aguarda la resurrección, la que nos habla de esperanza y de una mejor vida para aquellos, que en su día, aceptamos y creímos en el Salvador.

Pero para aquellos que no creen en la resurrección, o la creen de una manera intelectual, el desenlace para ellos, sólo significa dolor, desesperación y una incógnita. Mas lo quieran o no, lo crean o no, los tales también resucitarán muy a pesar suyo. No os maravilléis de esto; porque vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán Su voz…(S.Juan 5. 29) De modo que TODOS resucitaremos, pero con una evidente diferencia.

Hay personas que se dan por científicas y no creen en la resurrección y sacan chistes y se burlan. Pero lo crean o no, todo lo dicho por el Señor se cumplirá, porque:  El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. (San Mateo 24. 35)

El que tú no lo concibas, eso no podrá evitar su cumplimiento. También hay personas que no creen que el hombre haya pisado la luna, pero eso no anula la evidencia. Amigo: No todo termina con la muerte física de la persona, pues el espíritu y el alma siguen viviendo con Dios, si creyó en Él, o en la eternidad sin Dios si no hubo arrepentimiento antes de la muerte. Y, cuando llegue el fin de todo, entonces vendrá la resurrección del cuerpo, es decir, cuando todos los que están en los sepulcros oirán Su voz… para que todo el ser: espíritu, alma y cuerpo estén juntos para toda la eternidad, o en el cielo o en el infierno, según hayan o no creído.

Muchas personas se han creído la mentira de que todos somos hijos de Dios. Todos somos criaturas de Dios, puesto que Él nos creó, pero no hijos. Para ser sus hijos tenemos y debemos llenar unos requisitos sencillos pero indispensables. Pero antes de decirte como podemos ser hijos de Dios, te diré que también hay otro padre; Cristo lo dijo a los de su tiempo: Vosotros sois hijos de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. (S.Juan 8. 44) Y tú debieras preguntarte: ¿De quién soy yo hijo?

Una vez demostrado que hay dos padres, te diré como podemos pasar de ser criaturas de Dios a ser hijos de Dios. Es el mismo Señor quien lo aclara al decir; Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en Su nombre, LES DIO potestad les dio el derecho, el privilegio de ser hechos hijos de Dios. (S.Juan 1. 12) De modo que si crees en Él y le recibes serás un hijo de Dios.

No creas la filosofía que: Dios es amor y al final todos seremos salvos. Si así fuera, ¿qué necesidad tuvo Dios de enviar a su Hijo a este mundo para que pagara en la cruz el precio de nuestros pecados, si al final todos seríamos salvos?

En el Getsemaní Cristo oró al Padre diciendo: Abba, Padre, todas las cosas son posibles para ti; aparta de mí esta copa; mas no lo que yo quiero, sino lo que tú. (San Marcos 14. 36) Como diciendo: Si hay algún modo de salvar a la humanidad sin que yo tenga que pagar el precio, hazlo ahora. ¡No fue posible! La Escritura contesta: Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, ASÍ ES NECESARIO que el Hijo del Hombre sea levantado. Y Yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a Mí mismo. Y decía esto dando a entender de qué muerte iba a morir. (S.Juan 3. 14 y 12. 32-33) ¡No todo termina con la muerte!

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