sábado, 22 de enero de 2011

Doblez de vida


Casi todos nosotros, de alguna manera tenemos una doble vida, es decir que, en ciertas ocasiones aparentamos una cosa y en realidad somos otra. Y es que, somos unos buenos artistas interpretando muy bien nuestros papeles… Así somos la mayoría de las personas, en mayor o en menor grado. Claro que no es nada nuevo, ¡ni mucho menos!, ya que siempre existió la doblez en las palabras y en la personalidad. Pero eso no debe ser motivo de consuelo, porque si esto nos aliviara, vendríamos a darle la razón al refrán que dice: Mal de muchos, consuelo de tontos, y tú no querrás ser uno de ellos, ¿verdad?.

Cuando tenemos como hábito la doblez, llegamos a caer en un círculo vicioso, bien diciendo verdades a medias, o sea, una verdad sin terminar que es una mentira o, hablando de una forma que, nuestras palabras dicen una cosa pero nuestros gestos como los tonos de voz que emitimos, dicen otra,  etc. ¡Qué complicadas somos las personas y cuánta paciencia tiene Dios con nosotros!

Su Palabra dice: El hombre de doble ánimo (el que tiene dos caras) es inconstante en todos sus caminos. (Santiago 1. 8) ¿Qué nos quiere decir Dios? Entre otras cosas, que tal persona es imposible que termine bien, al vivir con doblez… Porque quien actúa de ese modo, lo quiera o no, va acumulando estrés, y a la vez llega a ser persona no grata y de la cual, cuando se la conoce, se la evade, pues estar con ella significa verse en un lío, más tarde o más temprano.

Aunque el tema no es agradable para ninguno de nosotros, con todo, hemos de reconocer, que alguna vez, tú y yo, hemos hablado lo que no sentíamos, y por lo tanto hemos fingido, no diciendo la verdad… Por lo que hemos de concluir que, aunque llevados por las circunstancias, TODOS hemos sido unos farsantes y mentirosos... y como tales estamos condenados, ya que:  …los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre que es la muerte segunda. (Apocalipsis 21. 8),

La palabra de Dios nos exhorta y nos dice: Acercaos a Dios, y Él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, (los de doble personalidad) purificad vuestros corazones. (Santiago 4. 8) Si queremos quitarnos el vicio de la doblez, entonces no nos queda otro camino que el pedirle perdón a Dios por medio de Jesucristo para que nos salve de tal hábito.

Amado lector: antes de terminar quiero decirte, por tu bien presente como por tu bien eterno, que te vuelvas a Dios arrepentido, bien sea por tu vida de doblez o por tu vida sencilla, no importa, pues inevitablemente TODOS nos portamos mal: Porque no hay diferencia, por cuanto TODOS pecaron, y están destituidos (echados fuera) de la gloria de Dios. (Romanos 3. 22-23) y tenemos necesidad de acercarnos a Dios para que Él se acerque a nosotros y nos limpie nuestra mente y corazón con la Sangre preciosa de Jesucristo derramada por nuestros pecados en la cruz, como bien dice su Santa Palabra que …la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado. (1ª S.Juan 1. 7)

Si le confiesas tus faltas a Dios, en ESE instante tendrás Su perdón, sintiendo un gran gozo, porque desde ESE momento serás de UN SOLO CORAZÓN Y UN ALMA, es decir, sin doblez, como los primeros creyentes, porque la multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma. (Hechos 4. 32) Con Su ayuda, ¡puedes!

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