sábado, 22 de enero de 2011

Feliz Navidad

Para la inmensa mayoría de las personas, decir: ¡Feliz Navidad!, es igual que desear a esa persona, unas felices fiestas, ni más ni menos…

Navidad, lo que es la verdadera Navidad, la de los Evangelios, -que es la que deberíamos celebrar y recordar- ya no existe ni casi para los verdaderos cristianos… Tanto se ha comercializado el saludo de: ¡Feliz Navidad!, que resulta hasta antisocial, pensar o saludar de otra manera. Es cierto que en estas fechas proliferan los belenes, las ramas de abeto y los adornos navideños; pero no reina el verdadero espíritu de la Navidad, porque desgraciadamente se ha perdido, pues abunda tanto la paja que el trigo no se ve…

Posiblemente, el amado lector piense, que soy un aguafiestas, pero no es mi intención de aguar nada, sino el haceros pensar un poco.

Todos nosotros solemos celebrar con alborozo nuestro cumpleaños, invitando a nuestros amigos y familia, para pasar un tiempo agradable, lo que es lógico y natural; lo que me parecería contraproducente sería el celebrar el cumpleaños de alguien, que no está presente ni tampoco conocemos… lo juzgaría ridículo y absurdo, ¡no crees?

¡Pues, eso es lo que más o menos hacemos en Navidad! Estamos celebrando el 2008 aniversario del nacimiento de Cristo, sin que Él esté presente y sin conocerle PERSONALMENTE, porque no sólo está en el Cielo, también está en todas partes, y puede estar tan cerca de nosotros, como el más íntimo de nuestros amigos. Por lo que creo que Él no esté muy contento que celebremos Su cumpleaños sin estar y sin conocerle…

Cuando el Creador dejó los Cielos y bajó a este mundo,¡algo muy gordo tuvo que pasar aquí!…¿No crees? Invito al lector a leer los santos Evangelios para que sepas de primera mano, el porqué vino… ya que por ellos sabemos que Jesucristo dijo: No penséis que he venido para abrogar -anular- la Ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir. (S.Mateo 5. 17) O sea que, como nadie ha podido cumplir ni guardar los Mandamientos de la Ley de Dios, Él se ofreció a obedecerlos por nosotros, a fin de que ahora: todo aquel que en Él cree, no se pierda mas tenga vida eterna. (S.Juan 3. 15)

En otra ocasión también dijo: Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento.  (S.Mateo 9. 13) De modo que todo aquel que trate de justificarse, bien por sus sacrificios, por sus obras o por sus rezos rutinarios, etc., para los tales, el Señor, no ha venido… porque sólo ha venido a llamar a pecadores arrepentidos, no a pecadores que tratan de justificarse…

Quizás digas: ¡Qué bien y qué “facilón”!… No, amigo; no tomes a guasa la salvación que Cristo te ganó en la cruz, pues el asunto es bien serio, ya que allí cargó con tus impuros pecados y para ello tuvo que derramar su preciosa sangre, y ahora te la regala, porque tú no puedes pagarla con nada… pero no por eso es barata, le costó cargar con tus sucios pecados y morir a causa de él…
         En esta Navidad, invítale a entrar a tu corazón. Confiésale tus pecados, arrepentido y conócele PERSONALMENTE, para que tenga sentido en tu vida la Navidad. Si así lo haces será el mejor regalo que le harás y que te harás. No te de rubor reconocer que has pecado, pues Él te anima y te dice: Porque el hijo del Hombre ha venido para salvar lo que se había perdido. (S.Mateo 18. 11) ¡Feliz Navidad!

No hay comentarios:

Publicar un comentario