sábado, 22 de enero de 2011

Los demonios creen y tiemblan

Es posible que al leer el título de este artículo, el lector sonría y se diga para su interior: ¡Esto es imposible!, el que lo escribe no sabe lo que dice. Pero el lector quedará más sorprendido cuando sepa que no es fruto de mi imaginación, sino que dichos vocablos están sacados de la Palabra de Dios, como tú mismo puedes comprobar: Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los DEMONIOS CREEN, y tiemblan., nos dice (Santiago 2. 19) Y si lo dice Dios en su Palabra, creo que sepa lo que dice, ¡digo yo!. Lo que sucede es que choca con nuestra manera de pensar y creer en Dios.

En términos generales, todos los españoles decimos creer en Dios, y al decirlo, pareciera como si ganáramos indulgencias o agarráramos el cielo con las manos; pero el caso es más serio y delicado que todo eso.

Cualquier persona se consideraría muy ofendida si se le preguntara: ¿Crees tú en el Hijo de Dios?, o todavía más, si se le ordenara de modo imperativo: ¡Creed en el Evangelio! Para sorpresa tuya te diré que dichas preguntas no las hago yo, sino el mismo Señor Jesucristo, como tú lo puedes comprobar en (S.Juan 9. 35 y S.Mar. 1. 15) Que, ¿a qué viene todo esto? Sencillamente para demostrar que no somos cristianos por el solo hecho de haber nacido en un país que se llama cristiano, ni tampoco por decir: Creo en Dios, a nuestra manera, porque eso lo dicen hasta los demonios, con la  diferencia que ellos tiemblan…

Permíteme citar un ejemplo para que captes lo que quiero decir: Si yo digo: Creo en la historia de España, -y es cierto que la creo- pero eso no salvaría mi alma, ¿verdad?, de la misma manera, tú puedes creer en la historia Sagrada y tampoco te salvarías. Porque una cosa es creer EN Dios, que es igual a decir que crees en su existencia, -lo cual también lo creen los demonios-, y otra muy diferente es creer A Dios, que es igual a decir, que crees todo lo que Él dice. Porque todos creemos en la existencia de Dios, pero, ¿cuántos obedecen su Palabra? Este es quid de la cuestión.

Para poder creer A Dios, antes has de hacer una de estas dos cosas o las dos: 1º.) Tienes que oír o leer su Palabra, y 2º.) también tienes hablar con Él por medio de la oración. ¿El amado lector lee la Palabra de Dios y habla con Él todos los días?, ¡no! Luego entonces, ¿cómo puedes conocerle, confiar en Él y obedecerle?

Si haces estas cosas, no sólo creerás en Su existencia sino que también tendrás Su presencia. Porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo. ¿Cómo, pues, invocarán a Aquel en el que NO HAN CREÍDO? ¿Y CÓMO CREERÁN en Aquel de quién no han oído. -o leído-?  ¿Y cómo oirán sin haber quién les predique? (Romanos 10. 13-14)

Muchas personas fanfarronean de lo mucho que creen en Dios, pero a las claras está que sus hechos lo niegan rotundamente. También se jactan de su cristianismo, pero tienen un miedo horrible a la muerte porque ignoran qué le espera después…

Quizás te digas: ¿Quién puede saber estas cosas? Te contesto: Todo aquel que obedece A Dios, porque cree su Palabra. He aquí un botón de muestra: De cierto, de cierto os digo: El que OYE mi palabra y CREE al que me envió, TIENE vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida. (S.Juan 5. 24) Si tú la oyes y la crees, ya tienes la vida eterna. ¡Esa es  su promesa!

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