sábado, 22 de enero de 2011

Adivinos y el horóscopo

 En términos generales y populares, suele decirse: fulana y fulano de tal, tienen gracia… dando a entender con ello, que dichas personas tienen ciertos poderes para aliviar y curar enfermedades, como también pueden adivinar… Pero la realidad es otra, porque esos enfermos, supuestamente curados, tienen que volver al médico si quieren ser sanados… Los hay quienes confían en los adivinos, sin darse cuenta que los tales no pueden adivinar ni la quiniela, ni la loto, ni el “cuponazo”; pero es tanta la ignorancia que existe de la Palabra de Dios, en esta nación que se llama cristiana, que  es-cogen seguir los fetichismos, las hechicerías, los aojos, etc., con tal fanatismo y credulidad, que le están rindiendo culto al Diablo…

Quizá, tú, amado lector, me des la razón, pero puede que sin saberlo, tú mismo estés atrapado en alguna forma de superstición. Porque hay muchas personas que se ríen de todas esas cábalas, y en cambio ellas no pasaran por debajo de una escalera, ni dejarán que su niño le de vueltas a un paraguas abierto…

¡Cuántos de esos cristianos se desayunan leyendo en el periódico el horóscopo! Nuestras querida España es más supersticiosa que católica, aunque esté afiliada a di-cha religión. Sólo tienes que leer un periódico, escuchar la radio o la televisión para saber cuántos son los hechiceros que se anuncian …

Aparte de las medias verdades y medias mentiras y del todo el rollo que se llevan, el amado lector, ha de saber que dichas prácticas Dios las prohíbe y las condena, porque no son buenas para nosotros y Dios nos advierte diciéndonos: No seréis agoreros, ni adivinos… No os volváis a los encantadores ni a los adivinos; no los consultéis, contaminándoos con ellos. Yo Yahvé vuestro Dios. (Levítico 19. 26 y 31 No sea hallado en ti quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero, ni encantador, ni mago, ni quien consulte a los muertos. Porque es abominación para con Yahvé cualquiera que hace estas cosas. (Deuteronomio 18. 10-12)

Como ha podido ver el amado lector, el asunto es más serio de lo que a simple vista parece, ¿por qué? Porque no podemos servir a dos señores a la vez, o servimos al Señor o estamos sirviendo al Diablo… y el Señor nos exhorta diciendo: Porque dos males ha hecho mi pueblo: Me dejaron a Mí, fuente de agua viva, y cavaron para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen agua. (Jeremías 2. 13)


Sólo Dios es quien tiene Gracia y la quiere regalar, ya que no la podemos comprarla ni con oro, ni con obras, ni con rezos, ni con sacrificios, etc., como bien lo dijo S.Pablo: Porque por Gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es un regalo, un don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. (Efesios 2. 8-9) Nadie ha podido ni puede comprar el cielo, por eso Dios lo regala SOLAMENTE y por medio de su Hijo, pues: En ningún otro hay salvación; porque NO HAY OTRO NOMBRE dado a los hombres, en que podamos ser salvos. (Hechos 4. 12) Así que, si quieres hallar esa Gracia debes acercarte confiadamente al trono de la Gracia, para alcanzar misericordia y hallar Gracia para el oportuno socorro. (Hebreos 4. 16) Y de este modo poder ser justificados gratuitamente por su Gracia, mediante -el pago- la redención que es en Cristo Jesús. (Romanos 3. 24) ¡Así es como actúa la GRACIA DE DIOS regalándonos el cielo por medio de Cristo!

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