sábado, 15 de enero de 2011

¿Tres magos, y reyes?



Casi la totalidad de los españoles que se llaman “cristianos”, ignoran que los Magos no eran Reyes, ¿Y sabes por qué? porque no se leen las Santas Escrituras y como resultado existe esa incultura bíblica…

Sólo se celebra la  fiesta del día de Reyes y nada más… Y si manifiestas que no eran Reyes Magos, sino solamente Magos, contestan con el comodín de siempre: Yo sigo lo que mis padres me enseñaron, sin indagar si es o no  incorrecto, cierto o incierto...

Es seguro que no nos afecta en nada para nuestra salvación, pero sí sirve para adormecer la conciencia; de manera que, con el tiempo dejamos de interesarnos por cuestiones de  más trascendencia.

El Evangelio de S.Mateo en su capítulo dos y verso uno nos dice: Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos… No se nos dice si eran tres, si eran más o eran menos; ni sus nombres, ni su clase social… Me supongo que el número de los Magos lo dedujeron de los presentes que le ofrecieron al Señor Jesús: Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra. (S.Mateo 2. 11)

La realidad es, que fueran tres Magos o más; que fueran o no Reyes, no reviste de mayor importancia, ni es una herejía, pero todo ello demuestra lo poco informado que está el pueblo llano, respecto a las explicaciones bíblicas, ¡pero lo peor es que, ni se interesa en saber si todo lo que se le dice, en relación a los relatos bíblicos, a su salvación y a su eternidad, si es, o no es así!...

Ignoran que es un grave error dejar asunto tan vital en manos de otros sin preocuparnos ni interesarnos nosotros mismos por algo tan trascendental como es nuestra eternidad.

Durante el segundo viaje misionero del apóstol S.Pablo, llegó a un pueblo llamado Berea y la actitud que tomaron aquellas gentes, respecto al mensaje que oyeron de S.Pablo, fue que, dichas personas …eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la Palabra con toda solicitud, escudriñando las Escrituras para ver si estas cosas eran así. (Hechos 17. 11) Dicha actitud es mencionada y celebrada en la Biblia como muy correcta y sensata.

Si estas nobles gentes, a pesar de escuchar el Evangelio por boca del más insigne de los apóstoles, con todo, no se fiaron e indagaron las Escrituras para ver si estas cosas eran así, ¿cuánto más nosotros debemos leer y releer la Palabra de Dios, para ver si lo que nos predican es así?

El mismo Señor Jesucristo dijo: Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de Mí. (S.Juan 5. 39) Así que, el consejo de Cristo es:  Que leamos e indaguemos las Santas Escrituras porque en ellas encontraremos la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de Mí.

  Amado lector, es mucho lo que pones en juego: Tu eternidad con Dios o fuera de Dios para dejar cuestión tan importante aparcada para cuando tengas tiempo… Confía y lee Su Palabra, y, de la misma forma que aquellos Magos abrieron sus tesoros al Señor, tú también abras tu corazón a Dios, ahora, pidiéndole el perdón de tus pecados a través de Cristo, pues Su sangre nos limpia de todo pecado.

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