sábado, 22 de enero de 2011

¿A quién votarás?

En nuestro país, como en otras naciones y como todos los años habrán elecciones, y la pregunta que ronda en la mente de todos es: ¡Qué partido será el elegido! Es posible que tú ya tengas claro a quien votar, pero seguro que hay bastantes personas indecisas sin saber a quien elegir y por lo tanto, muchas de ellas lo dejarán para última hora.

Es un derecho y un deber cívico que todos debiéramos ejercer, pero unos por una razón y otros por dejadez, no lo harán. Tal vez, con cierta ironía digan: El único modo de no equivocarme de candidatos es no votando.

Hay momentos en la vida que tuvimos que tomar una decisión, y al correr el tiempo, nos dimos cuenta que la elección no fue acertada, pero ya era tarde para volvernos atrás, y por mucho que nos pesara, tuvimos que cargar con las consecuencias.

De todas las decisiones que podamos tomar durante toda nuestra vida, ninguna es tan importante, tan vital y de tanta trascendencia como la de elegir al Señor como Salvador entregándole el corazón. Ya que de dicha iniciativa dependerá nuestra felicidad actual  como la eterna.

Si me permites el consejo de alguien que hace muchos años tomó la decisión de aceptar a Cristo, te puedo afirmar que jamás me arrepentí de dicha elección, de modo que te puedo asegurar: ¡nunca te arrepentirás!

Hace miles de años que, a Adán y a Eva se les brindó la oportunidad de elegir entre el bien y el mal, entre la vida y la muerte. Todos sabemos lo que escogieron como también sus trágicas consecuencias. Seguro que después les pesó, pero hay decisiones, que una vez tomadas, no hay lugar para la enmienda ni para el retroceso, como les pasó a ellos, como te puede pasar a ti y como le pasó al rico, que en el infierno pidió misericordia cuando ya era demasiado tarde, y se le dijo: Acuérdate que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro también males; pero ahora éste es consolado aquí, y tú atormentado. (S.Lucas 16. 25) Por lo tanto, haz tu elección ahora que puedes, viniendo al Señor en busca de su perdón recibiéndole  como tu Salvador.

A través de la historia se han tomado equivocadas decisiones que tuvieron funestas consecuencias. Pero lo malo, es que, no aprendemos de la historia, y por lo tanto estamos condenados a repetirla. Dicen que el hombre es el único animal que tropieza dos y más veces en la misma piedra.

Pilato ofreció la ocasión al pueblo judío, de escoger entre Jesucristo y Barrabás. Barrabás representaba la mentira, el robo, la vida fácil; Cristo la entrega, el cambio de vida y el arrepentimiento. Pero ellos escogieron a Barrabás, ante la pregunta: ¿A cual de los dos queréis que os suelte? …ellos dijeron: A Barrabás. Pilato les dijo: ¿Qué, pues, haré de Jesús llamado el Cristo? Todos le dijeron: ¡Sea crucificado! (S. Mateo 27.21-22) ¡Fatídica elección!

Ahora te toca a ti inclinar la balanza a un lado o a otro, y te advierto que te juegas la eternidad para el cielo o para el infierno, tú eres quien eliges y a nadie podrás culpar si escoges mal. Dios te dice: A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; ¡escoge, pues, la vida! (Deuteronomio 30. 19) También te declara: Pero solo UNA cosa es necesaria; como le dijo a Marta, y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada. (S.Lucas 10. 42) ¡De ti depende!

No hay comentarios:

Publicar un comentario