sábado, 15 de enero de 2011

¿En quién confías?

Antiguamente las personas eran más confiadas que ahora, y tenían razones fundadas… Antes, se daba una palabra y preferían perjudicarse antes que quebrantarla… Pero ahora, ni con escritos firmados la quieren cumplir... Con ello no quiero decir que no queden contadas y honrosas excepciones. Pero se da la triste paradoja que en nuestro país hay millones de personas que se van al otro extremo… poniendo toda su confianza sobre su futuro eterno en: El dinero, en imágenes y en supersticiones…

EL DINERO.- Estamos tan acostumbrados a decir que el dinero es la llave que abre todas las puertas, que nos lo hemos creído. El dinero, puede comprar una casa, pero no un hogar, puede pagar unos sufragios, pero no ganar el cielo… ni tampoco puede rescatar un alma del infierno, etc. Cristo dijo: ¿Qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma? (S.Mateo 16. 26) El Señor no quiere nuestro dinero, pero sí nuestro corazón arrepentido y confiado en la Obra que hizo su Hijo amado a nuestro favor, el cual pagó en la cruz el precio que merecían nuestros pecados.

IMÁGENES.- Son muchas las personas que tienen puesta su confianza en ídolos que no dejan de ser piezas de tela o cartón, barro o piedra, mármol o metal inerte, que nada pueden hacer, porque: Tienen boca, mas no hablan; tienen ojos, mas no ven; orejas tienen, mas no oyen; tienen narices, mas no huelen; tienen pies, más no andan; no hablan con su garganta. Semejantes a ellos son los que las hacen y cualquiera que confía en ellos. (Salmo 115. 4-8) Sí, amado lector, si tu confías en semejantes imágenes, vendrás a ser comparables a ellas: Insensible a la voz de Dios.

Dios creó al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó… Siendo, pues, linaje de Dios, no debemos pensar que la Divinidad sea semejante a oro, o plata, o piedra, escultura de arte y de imaginación de hombres… (Génesis 1. 27 y Hechos 17. 29), te guste o no, ¡eso es lo que Dios dice en su Palabra!.

Además, en el segundo mandamiento de Su Ley nos dice: No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que está arriba en el cielo... No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque Yo soy Yahvé tu Dios. (Éxodo 20. 4-8) Te pregunto: ¿Qué hay en el cielo? Dios, Cristo, los santos, etc., pues Dios te ordena y te dice: No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que está arriba en el cielo... No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque Yo soy Yahvé tu Dios. Pero si no haces caso, ¿qué puedes esperar de parte de Dios cuando descaradamente desobedeces uno de sus mandamientos?

LAS SUPERSTICIONES.- Si frágil e inseguro es el dinero, no menos son las imágenes y los ídolos. Y, ¿qué podremos decir de las supersticiones? Son muchas las personas que confían más en curanderos que en Dios… Están dispuestas a correr la Seca y la Meca en busca de salud por medio de un curandero, pero no vendrán al que les dio la vida; cuando ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros. Porque en Él vivimos, y nos movemos, y somos… (Hechos 17. 27-28) Él sigue diciendo: Mirad a Mí, y sed salvos, todos los términos de la tierra, porque Yo soy Dios, Y NO HAY MÁS. (Isaías 45. 22)
¡Pon tu confianza sólo en Dios y pídele tu salvación por medio de su Hijo y acércate confiadamente al trono de la gracia para el oportuno socorro!… Si así lo haces podrás oír de Sus labios: Confía, hijo: Tus pecados te son perdonados… (Hebreos 4. 16 y S.Mateo 9. 2) ¡No lo demores más y ven al Señor confiándole tus pecados!

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