domingo, 30 de enero de 2011

Excusa no tenemos

Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó, varón y hembra los creó. Génesis 1. 26-27 El hombre no fue creado como un autómata, sino como persona, y en su libre albedrío decidió desobedecer a Dios, a pesar de estar avisado, cuando se le dijo: De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás. Génesis 2. 16-17. Podíamos haber sido muy felices sin el pecado, pero nosotros, en Adán y Eva, decidimos desobedecer.

A la mente del lector vienen muchas preguntas que surgen de dicha lectura y son imposibles de contestar todas por lo limitado del espacio; pero hay una que se lleva la palma y es: ¿Qué culpa tengo yo que nuestros padres pecaran? Pienso que es injusto que yo pague por algo que no hice. También a mí me hubiera gustado haber nacido multimillonario, pero mis padres no lo eran, de modo que sin quererlo, nací en un hogar humilde. Y, naturalmente, esa fue mi herencia.

Como contestación valga este ejemplo: Unos novios fueron a ver a su párroco para concertar el día de la boda. El cura les estuvo haciendo algunas preguntas sobre religión, y durante ese tiempo salió el tema sobre Adán y Eva. El novio, medio en serio y medio en broma dijo al sacerdote: “Hay que ver la faena que nos jugaron nuestros padrecitos, bien pudieron quedarse quietos. El clérigo, que era un veterano en estos asuntos, les dijo: Me van a perdonar, pero tengo que salir unos minutos para hacer un recado urgente, esperen que vengo enseguida. ¡Ah! Pero, si mientras estoy fuera viniera mi sobrinito de cinco años, no se preocupen por lo que pueda romper, pero por favor, cuiden por todos los medios que no abra aquel cofrecito que hay encima de la mesilla, ¿lo ven?, la pareja le contestaron afirmativamente”. El presbítero se marchó.

Pasado unos segundos la novia dice a su compañero: “¿Y qué habrá en el cofrecito?” A lo que el novio le contestó: “Es verdad, ¿qué habrá que al Sr. cura no le importa lo que el sobrino le pueda romper con tal que no abra el cofre?” La novia, curiosa e intrigada dice: “¿Por qué no lo abrimos?” El novio contesta; “¿Y si viene el Sr. cura?” Pero ella le dice: “Voy a ver por donde va” Se asoma y le dice: “Acaba de meterse a una casa, de modo que, por muy aprisa que venga tenemos tiempo de sobra para ver lo que hay en el cofre”.

Van a la mesilla  muy contentos y con mucho cuidado lo abren, y cual no sería su sorpresa cuando vieron que dentro no había nada… únicamente un folio escrito con letras grandes que decía: Vosotros que culpáis a Adán y a Eva, no habéis podido resistir la tentación de ver lo que había en el cofre, ni diez minutos.

Querido lector, tú y yo hubiéramos caído en el mismo pecado de haber estado en el Edén, o quizá hubiéramos claudicado antes que ellos, con todo, te quiero decir que NADIE va al infierno por el pecado de Adán; si así fuera, tendríamos razón para decir que Dios es injusto, pero su Palabra nos dice que: …cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí . Romanos 14. 12. Es decir: Adán dio sus cuentas y tú darás las tuyas, tú no darás las cuentas de Adán ni él las tuyas. De forma que, la salvación o la condenación de tu alma está en tus manos, sólo en las tuyas y tú eres el que decide con tan importante decisión. A nadie podrás culpar. El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna. S.Juan 5. 24. Por lo tanto: No tienes excusa.

            

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