sábado, 22 de enero de 2011

¿Qué es la vida?

Si hiciéramos una encuesta con la pregunta que encabeza este escrito, seguro que tendríamos respuestas de todos los gustos y colores… Ignoro, si el lector amado, se ha llegado a preguntar seriamente: ¿Qué es la vida? Casi todos lo que se la hacen con sensatez, al final, llegan a un camino sin salida y suelen decir: 
__La vida consiste en nacer, trabajar y morir

__Y yo les digo: ¿Y después? ¡Qué!     

¿Qué piensa, el lector, que habrá después de la muerte? Seguro que muchos sin meditar lo que hablan, con ironía dirán:
__¿Después?… ¡Nada! ¡Todo se acabó!…

Podríamos  añadir calificativos sin fin… Si tú, amado lector, piensas que, después de la muerte no hay nada, tendré que deducir, que vives sin ilusión y en una constante frustración, quedando, en lo más hondo de tu corazón, un vacío insondable… ya que es una gran desgracia haber nacido sólo para morir y se acabó… ¿No te parece?

Te puedo asegurar que la vida, no sólo no termina con la muerte, sino que después de la muerte viene la eternidad… por lo que te pregunto: ¿Dónde pasarás la eternidad?  ¿En el cielo, o en el infierno? Quizás me digas:

__Y eso, ¿a quién le importa y quién lo puede saber? Tu respuesta me reafirma en lo que decía al principio: Que casi todos los que formalmente se hacen la pregunta: ¿Qué es la vida?, si no tienen a Cristo en el corazón, al final, llegan a un camino sin salida… A todo esto, veamos lo que dice Dios: ¿Qué es vuestra VIDA? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece. (Santiago 4. 14) Y en otro lugar nos sigue diciendo: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la VIDA del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee. (S.Lucas. 12. 15) Sí, querido amigo, la verdadera VIDA no se fundamenta en las riquezas ni en la abundancia de muchas cosas, porque esas cosas las puedes perder como también, con ellas, la VIDA.

El Señor en su palabra nos habla de un hombre rico que sólo pensaba en pasarlo bien, en disfrutar… hasta que le sorprendió la muerte y con ella el infierno, y desde allí, ya demasiado tarde, pidió un poco de agua, cuando en su vida prescindió de ríos… ¿Sabes qué se le contestó? Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes en tu vida… (S. Lucas 16. 25) o sea, tuviste tus oportunidades de creer y de beber el Agua de Vida, es decir, a Cristo y su salvación, pero no la creíste ni la bebiste…

Quizás el amado lector se pregunte: Entonces, ¿en que consiste la vida? La contestación es bien sencilla y segura: En tener y conocer a Cristo. Tú mismo lo puedes comprobar por su Palabra que dice: El que tiene al Hijo, tiene LA VIDA; y el que no tiene al Hijo de Dios no tiene LA VIDA…Yo soy el Camino, y la Verdad, y LA VIDA; NADIE viene al Padre, sino por Mí… Pero estas cosas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, TENGÁIS VIDA en su nombre. (1 S.Juan 5.12-13; S.Juan 14. 6 y 20. 31)

LA VIDA, la verdadera VIDA, está con el Señor, fuera de Él está la muerte eterna. LA VIDA que AHORA se te ofrece es posible porque el Hijo de Dios que nació de la Virgen, cargó con tus pecados y resucitó para tu justificación. Lo dice con estas palabras: Yo he venido para que tengáis VIDA, y para que la tengáis en abundancia. (S.Juan 10. 10)

Si tú, amado lector, NO TIENES LA VIDA, ¿a qué esperas? ¡No pierdas la oportunidad! Que el Señor te bendiga.

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