sábado, 15 de enero de 2011

Privilegios de la memoria

Todos nosotros le debemos a Dios inmensa gratitud por muchísimas razones, y una de ellas es el de tener memoria, por que por medio de ella y a través de los años, pudimos almacenar y acumular miles de datos; algunos muy gratos y otros no tanto o todo lo contrario, pero todos ellos quedaron archivados gracias a este don maravilloso, que es la memoria…

Desde luego, que todos nosotros no tenemos la misma captación ni retención de las cosas que vemos, oímos o leemos, pero unos más y otros menos, todos tenemos memoria… a pesar que muchos, por razón de edad, o enfermedad, les haya menguado.

Hay personas muy privilegiadas, la cuales pueden retener con mucha facilidad todo lo que ven, oyen o leen, y llegan a ser personas competentes y de renombre; pero con todo, la persona más inteligente de la tierra, no ha llegado a desarrollar toda la capacidad de su cerebro, sino sólo una parte del mismo, según nos dicen los científicos. Eso nos da a entender con la inteligencia enorme e inimaginable  con la que fuimos creados...

Por poca memoria que tengamos, con todo, sería muy meritorio de nuestra parte, que le diéramos gracias a Dios por ella; porque gracias a ella, sabemos como se llaman nuestros seres queridos, quienes son nuestros amigos, y sabemos cuando hacemos algo que no está bien, etc., ya que las personas que de verdad no tienen memoria, están recluidos en lugares especializados, y si tú no lo estás, eso quiere decir, que tu memoria funciona... y si estás bien, entonces eres responsable de tus actos, por los que tendrás que dar cuenta a Dios en su día, tanto por lo que has hecho como por lo que has dejado de hacer. Porque todo quedó registrado en tu memoria… ya que ella será la que te acusará en el día del juicio. ¿Lo sabías? Obsérvalo tú mismo:

Había un hombre rico, que se vestía de púrpura y de lino fino, y hacía cada día banquete con esplendidez. Había también un mendigo llamado Lázaro, que estaba echado a la puerta de aquél, llenos de llagas y ansiaba saciarse de las migajas que caían de la mesa del rico... El rico marginó a Dios toda su vida, por lo tanto cuando murió, fue a parar al infierno...

También murió el mendigo, pero éste, se preocupó en buscar durante su vida la salvación y fue al Paraíso. El rico, estando en el infierno vio a Lázaro en el seno de Abrahán, y dando voces, dijo: Padre Abrahán, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su de-do en agua, y refresque mi lengua; porque estoy atormentado en esta llama. Pero Abrahán le dijo: ACUERDATE (es decir: Haz MEMORIA) que recibiste tus bienes en tu vida... (S.Lucas 16. 19-31)

Sí, amado lector, nuestra memoria seguirá funcionando en el más allá, pero ya será DEMASIADO TARDE. Te aconsejo que tú hagas lo mismo que el ladrón en la cruz, y le digas al Señor: ACUÉRDATE de mí cuando vengas en tu reino. Si lo haces, tendrás la misma contestación que él tuvo: De cierto te digo que HOY estarás conmigo en el Paraíso. (S.Lucas 23. 42-43)

¿Quieres saber por qué? Porque Cristo murió por ti y por mí a causa de nuestros pecados y si te arrepientes de ellos y le pides Su perdón, no sólo serás perdonado, sino que Él nunca más se acordará de ellos, como nos recuerda (Hebreos 10. 17) Y nunca más me acordaré de tus pecados...

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