sábado, 15 de enero de 2011

¡Mi viña no guardé!…

            
      
¡Cuánta preocupación por lo que hace el vecino!, y ¡cómo nos gusta meternos en las vidas y casas ajenas para criticarlas!  
 
 Por desgracia esto no es nuevo, pues el mismo Señor en su famoso sermón del monte tuvo que decir: No juzguéis, para que no seáis juzgados. Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido. ¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo? ¿O cómo dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu ojo, y he aquí la viga en el ojo tuyo? ¡Hipócrita!, saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano. (Mateo 7. 1-5)

A veces, con apariencia de buenas intenciones nos metemos en camisa de once varas, o sea de once metros… demasiada camisa, ¿verdad?… Pues así somos, y aunque parezca mentira, solemos meternos en dichos berenjenales con tal de manipular nosotros la casa o la vida de otros… Y es que, como dice el refrán: Ningún jorobao ve su joroba, y como explica la Palabra de Dios: Me pusieron a guardar viñas; y mi viña, que era mía, no guardé. (Cantar de los Cantares 1. 6)

Si todo lo dicho hasta aquí nos resulta repelente, todavía es más desagradable saber que hay personas que quieren dirigir la vida de otros valiéndose de la amistad y la confianza.

Damos por sentado que algunas de esas personas, les mueva la buena intención de querer aconsejar a su amigo, pero otras, su propósito es de molestar, fastidiar, incomodar y estorbar…

Un consejo se admite y se agradece, pero una intromisión descarada con excusa de consejo, es algo que deja mal sabor…

Al escribir todas estas cosas, mi intención es el hacerte pensar, y para que sigas el consejo que nos da la Palabra de Dios: …y mi viña, que era mía, no guardé, es decir: Me entrometí tanto en las vidas ajenas, que mi vida que era mía la perdí…

A propósito: ¿Sabes a dónde pasarás la eternidad? Si no lo sabes, entonces estás en un grave peligro. No te engañes a ti mismo diciendo: Soy una buena persona, porque no robo, no mato, etc. porque eso, actúa en ti como un anestésico que, de momento te quita el dolor, pero no te cura la enfermedad, y como resultado te llega la muerte…

Amado lector, Has de saber, por mucho que te duela, que: NO HAY justo ni aun uno, NO HAY quien entienda. NO HAY quien busque a Dios. TODOS se desviaron, a una se hicieron inútiles NO HAY quien haga lo bueno NO HAY ni siquiera uno. (Romanos 3. 10-12) Esta es la desnuda y cruda verdad. Dios sigue diciendo: Por cuanto TODOS pecaron …están destituidos -echados fuera- de la gloria de Dios. (Romanos 3. 23)

¡Así están las relaciones entre Dios y nosotros! ¿No crees que ya es hora que empecemos tú y yo a preocuparnos de nuestra viña?

Quizás te preguntes: --¿Y cómo podré justificarme ante Dios para poder entrar en Su gloria? ¡Buena pregunta! Por supuesto no lo podrás hacer por medio de tus obras, ni con tu santo de devoción, ni con tu religión, etc. --Entonces, ¿cómo podré? Te seguirás preguntando. ¡Dios lo ha provisto todo para que podamos ser justificados GRATUITAMENTE por Su Gracia, mediante la Redención que es en Cristo Jesús. (Romanos 3. 24)Todavía estás a tiempo. ¡Guarda tu viña aceptando al Señor! Amén.

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