sábado, 15 de enero de 2011

¡Cuánto nos cuesta recibir!


Aunque parezca increíble, un tanto por ciento de personas muy, pero muy elevado, no tienen al Señor en sus vidas, ni en su corazón, porque quieren dar algo a cambio. Hemos de admitirlo: Nos cuesta mucho trabajo aceptar gratuitamente la salvación. ¡Qué orgullosos somos!.

En términos generales, pensamos que para ser salvos, ¿algo hemos de hacer?… y no cabe en nuestra mente  el que no demos a Dios algo a cambio… Pero, ¿qué le darás tú que Él no tenga? La salvación es un regalo de parte de Dios, pero nuestro orgullo no nos permite aceptar algo tan valioso y eterno sin hacer nosotros nada…   ¡No, eso no entra en nuestro criterio! Pensamos que es de lógica, que nosotros, los interesados, algo debemos de hacer… Sí, solamente aceptar y recibir el regalo que Dios nos da.

         Figúrate que debieras un millón de euros y que no pudieras pagarlos ni embargándote todos tus bienes y a la vez te amenazaran con la cárcel, pero un gran amigo tuyo y multimillonario, al enterarse de tus apuros te pagara dicha cantidad y te dijera: Siento una gran alegría el haber hecho esto por ti; ahora ya no debes nada a nadie, ni a mí, porque es un regalo en precio de nuestra vieja amistad. Pero un buen día ves a tu amigo y le das cinco euros y le dices: ¡Ya no te debo nada!… ¡Figúrate como se quedaría y cómo se sentiría el generoso y desinteresado amigo! ¡Menuda jarra de agua fría!

Todo esto es sólo una burda sombra comparada con la realidad de cómo quieres borrar tus pecados con tus obras, sacrificios, o limosnas, etc., menospreciando, olímpicamente, el regalo de Dios que le costó, nada más ni nada menos, que la muerte de su amado y único Hijo… ¡Ridículo! ¿Verdad?

Así que amado lector, si quieres librarte de tus pecados y saber que están perdonados, tendrás que aceptar y recibir a Cristo como tu Salvador; y para aceptar y recibir algo, sólo hay un modo de hacerlo: ¡COGIÉNDOLO!… Porque, ¿qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa –qué paga o compensación- dará el hombre por su alma? (Mateo 16. 26)

El que Dios nos regale la salvación, eso no quiere decir que a Dios le sea fácil… Has de saber que, para poder perdonar tus pecados y los míos y poder ofrecerte la salvación, no bastaba con decir: Te perdono No, no fue tan sencillo. Fue un gran problema para la Justicia de Dios que se solucionó  cuando su Hijo derramó su sangre para el perdón de nuestros pecados. ¡Ese fue el Precio!…

Para Dios, crear este universo, sólo tuvo que decir: Sea, y fue… pero para salvarte a ti y a mí, le costó que su Hijo muriera en nuestro lugar cargando con nuestros pecados. ¡Qué amor el suyo! Porque de tal manera amó Dios al mundo, -a ti y a mí- que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en el cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. (S.Juan 3. 16)

 Así fue como el Amor de Dios nos pudo salvar sin menoscabo de su Justicia. El problema, tuvo solución cuando su Hijo se ofreció en lugar nuestro, quedando satisfecha su Justicia, …y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado. …Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. (1 S. Juan 1.7 y 9)¿Sigues sin tener la salvación? ¡¡Alarga tu mano y acéptala recibiéndola!!

No hay comentarios:

Publicar un comentario